miércoles, 14 de marzo de 2012

Smile :)


Estaba de pie. Mirando a la nada. Con la boca cerrada y el ceño fruncido, intentando comprender a dónde se dirigía esa marea de gente que invade la ciudad los días previos a la navidad en el centro de Madrid. Hombres y mujeres iban y venían con el móvil en la mano, hablando de asuntos que él jamás llegaría a comprender. Niños de un lado a otro con pomperos o silbatos mientras sus agotadas madres corrían detrás de ellos. No sé si el estar escuchando en aquel mismo instante la canción de “Smile” influyó en algo o no. Pero en ese momento le comprendía, sabía lo que era sentirse completamente solo y perdido cuando en realidad estás rodeado de gente. Es agobiante no entender nada de lo que ocurre a tu alrededor. Y me propuse alegrarle el día, como fuese. Se notaba que era extranjero, de algún país del norte. No tendría más de catorce años y seguramente jamás había estado en una ciudad. Me acerqué a él. Todavía no estaba segura de qué le diría, ni tampoco tenía seguro si me iba a entender. Pero había que intentarlo, ¿no? Se percató de mis intenciones y agachó la cabeza. Que tímido parecía.

-Hola…-saludé llamando su atención. Me miró con cara extraña. Como había adivinado anteriormente no hablaba mi idioma. Probé con el inglés.-Hello.

-Hello.-respondió el chico con un acento extraño, se notaba que no pasaría de ahí. Me maldije a mi misma un millón de veces. Yo no hablaba su idioma ni el tampoco el mío. No nos entenderíamos jamás, y lo peor de todo es que ni siquiera podría ayudarle, ya que se le veía realmente triste.

-M…-comencé.-¿No hablas español?-pregunté gesticulando mucho. Me sentía como una completa imbécil.-¿Te has perdido? ¿Te puedo ayudar?-continué a pesar de todo. Al ver su expresión de extrañeza y sus ojos verdes clavados en mí intentando comprender al menos una palabra de lo que decía no pude evitar sonreír. Él chico me devolvió la sonrisa, confuso. Dijo algo en su idioma gesticulando también y me quedé pasmada, ¿Qué estaba intentando decir? Sonrió ampliamente mostrando sus dientes blancos y perfectos. He de reconocer que tenía una sonrisa preciosa.

-Me gusta tu sonrisa.-dije. El me miró divertido. Sin entender una palabra de lo que yo le decía. Le gustaba este juego, y a mí también.-Me…-dije mientras me señalaba a mí.-gusta…-continué mientras hacía un corazón con las manos.-tu…-proseguí señalándole.-sonrisa…-terminé dibujando con mis dedos una sonrisa en mi boca.

El chico rió. Se metió la mano en el bolsillo y sacó un rotulador. Se dibujó algo en la mano y me lo mostró. Había dibujado un “smily”, no pude evitar reírme. Cogí el rotulador y me dibujé uno igual en la mano. Sonrió y sonreí. En aquel momento sonó su teléfono. Me miró y lo cogió, empezó a hablar con alguien en su extraño idioma y apuntó algo en un papel. Al terminar me miró. Sonrió de nuevo y se despidió con la mano. Me acerqué a él y le abracé. Me había alegrado el día. Entonces se fue, para siempre. Todavía no se cómo se llama ni de donde es ni conozco absolutamente nada sobre su vida. Lo único que me queda de él es el recuerdo de su sonrisa y un papel que encontré días más tarde en mi abrigo en el que únicamente había escrito lo poco que aprendió conmigo.

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