sábado, 7 de abril de 2012

MIRÉ DE NUEVO AL CIELO

Miré de nuevo al cielo. Lejos. Oscuro. Y sobrecogedor.

Me sentí minúscula. Como una hormiguita que camina con un trocito de pan ajena a todo lo que ocurre sobre ella. Lo único que le importa es llevar ese trocito de pan al hormiguero. Sin embargo no es momento de pensar en hormigas. En realidad no es momento de pensar.


Miré de nuevo al cielo. Lejos. Oscuro. Y sobrecogedor.

Recordé noches de cuando era pequeña bajo el porche de la casa de mis tíos en la sierra. Miraba al cielo y me parecía tan grande. Le preguntaba a mi padre cosas sobre el universo. Me parecía mágico, misterioso. Sin embargo ahora me asustaba tanta inmensidad. No podía decir si algo había cambiado o no en aquel cielo. No es momento de buscar detalles. En realidad no es momento de buscar.

Miré de nuevo al cielo. Lejos. Oscuro. Y sobrecogedor.

Esta vez ningún pensamiento o idea cruzaba mi mente.
Había asumido que no era el momento.
No era mi momento.
¿O tal vez sí?

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